
Sentado en la arena sin nada más que decir, no me queda otra opción que solo contemplar este momento y a ti, sin duda esto es ideal, nuestras miradas se cruzan, mi atención recae en ti como lo es mi oído en el ruido de su majestad el mar que solo interrumpe nuestro respirar, que van sincronizados al andar de nuestro corazón, contemplo cada milímetro de su cara, mi mano roza su mejilla pausadamente para saber que ella es real y no es otro de mis sueño, el mar sigue irrumpiendo en mi mente, me señala que tengo que ser más que solo cuerpo, mi mente tiene que estar con ella.
Me es imposible concentrarme en saber que estoy haciendo aquí, me es difícil comprender el porqué elegí a ella, para estar ahora besándola sin control, nos sumergimos mutuamente cada uno en el otro, como si el mundo se fuera acabar o mejor aun como si un beso de nosotros salvará al mundo, es tan extraña la sensación que me dan sus besos, son sus labios los que me hacen pensar que cada roce con los míos es un primer beso, es sentir su respirar lo que me hace olvidar el tiempo, es sus cerrar de ojos lo que me ayudan a no recordar lo que estoy haciendo y por último es ella mi suspiro eterno.
No sé el por qué realmente la elegí a ella, pero lo tengo que hacer de una vez, tengo que tener un testigo de mi delito, de mi delirio, tengo que dar a conocer las razones de que todo en la vida tiene un precio, el sexo por ejemplo todos de un modo u otro pagamos por ello, pero las prostitutas son la más sinceras con el precio, ahora mi precio es mi vida, pues no pretendo seguir viviendo y sintiendo lo que ahora siento, cada beso es una condena, cada caricia un sufrimiento, cada latir un puñal y cada mirar un desprecio, no deseo seguir viviendo y sentir esto, es la hora así lo quiso y así lo haré.
Comienzo a despegarme de ella, suelto su mano y junto con ello suelto su pelo, sus labios. Me paro lentamente, ella es evidente que no sabe lo que está ocurriendo, me mira afligidamente, le devuelvo la mirada con un te quiero. Doy un paso a esas rocas que danzan con el ritmo del mar, sigo con otro paso el cual se me hunde en la arena, comienzo lentamente a acercarme a la orilla donde el mar termina y la tierra empieza, mis huellas se van borrando así como me borrare yo de la memoria de las personas, estoy con miedo, pero está decidido, sé que me juzgaras como un loco, pero entenderme nunca lo lograras, son las circunstancias y la experiencia de esta vida el principal impulso para este acto, para tu juicio injustificado, doy my último paso, hacia la nada, hacia la voluntad del mar, recuerda que siempre te ame, mas nunca comprendí la razón de tener que seguir viviendo....y esto fue solo un sueño, despierto aterrado, creo que me falta el aire, menos mal que sigo viviendo, para seguir conociéndote.
No hay comentarios:
Publicar un comentario